Productividad como resultado de tu estado emocional.

Productividad y emociones suenan como polos opuestos. Pero, ¿realmente los son?

Si te organizas bien, puedes ser más productivo. Si eliminas los obstáculos puedes llegar a todo lo que quieras llegar. Lo primero me parece razonable; lo segundo aún no lo he podido comprobar.

Respecto al ámbito organizativo, reconozco que existen cientos de herramientas que ayudan a ser más productivo, más organizado, más metódico, más todo. Pero solamente si fallas en la gestión de tus emociones no te servirán de nada. Simplemente porqué todo lo demás pasa a segundo plano.

En mi opinión la productividad personal está muy ligada al estado emocional.

No hay herramienta que valga si tu estado mental no te sirve de apoyo.

Lo puedo intentar describir desde mi propio punto de vista. Hace poco he pasado por varios cambios y todos ellos me han mantenido en alerta. La creación de contenido, mi organización y desarrollo profesional de repente no han sido tan importantes. La sensación de dejarme llevar por la vida y dejar al mando las influencias externas ha estado presente. Y ahí me he dado cuenta que hasta que no deje de lado la preocupación no será posible volver a tomar el mando.

Entonces, ¿Cómo mantener la productividad y las emociones alineadas?

Estos son los 7 puntos que creo cruciales para mantener el estado mental con la mayor claridad posible:

  1. Calma 

Las emociones son las que mueven el mundo, pero ser emocional en un momento inadecuado puede causar más trabas que beneficios. Uno de los secretos de la productividad es el manejo de las emociones. Las mejores decisiones, las mejores elecciones se toman en un estado de tranquilidad y calma.

Evidentemente las emociones hay que cuidarlas y escucharlas, pero cuando uno no está en calma lo mejor es no hacer nada. En realidad no tomar ninguna decisión también es tomar una decisión. Estar en calma es la tarea más difícil de las 7 que menciono. Lo que me funciona a mí es algo tan simple como leer un libro, salir a pasear, quedar con mis amigos, hacer ejercicio.  Intentar alejarse de foco de la preocupación. No es por evitar los problemas si no por evitar pensar en exceso.

   2. Keep it simple

Lo sencillo desde mi punto de vista siempre prevalece ante lo complejo. Al final el dicho de “menos, es más”, es válido para casi todo. Cuando menos opciones hay, las decisiones son más acertadas y más fáciles de tomar. Muchas veces lo que parece que es, es. No hace falta darle más vueltas. O lo que dice el principio de navaja de Ockham según el cual: “En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable”.

En realidad, la técnica de productividad más subestimada es también la más simple. Solo contiene dos pasos, que son sentarse y empezar a trabajar. Decir no a multitarea y, si es posible, empezar con tareas pequeñas. Una detrás de otra.

3. No a las distracciones

Las notificiones de whatsapp, redes sociales y otros canales de comunicación, aunque nos comunican pueden ser contraproducentes. Vivimos en la era digital y lo queremos todo ya. Estamos acostumbrados a eso. Muchas veces de todo lo que queremos nos separa solo un click. La mente se refugia en distracciones y gratificación instantánea. Esta opción es para valientes, pero desinstalar las notificaciones te puede devolver a la vida no digital.

Lo importante debe seguir siendo importante. Y lo importante eres tú. Ante la productividad prima el estado mental y un estado mental positivo, si te enfocas bien, te garantizará la productividad. “

   4. Lo que digan los demás

Ningún trabajo creativo es posible si piensas que te está mirando todo el mundo. Es imposible no ser criticado. Si te expones, siempre corres el riesgo de opiniones ajenas. Y eso está muy bien. Sino todo sería lo mismo y las verdades absolutas, al final nunca lo son.  No lo digo para ignorar del todo las opiniones de los demás, pero simplemente saber filtrar realmente las opiniones constructivas y las que no lo pretenden ser. Seamos sinceros, todo el mundo se preocupa más por sí mismo y su imagen que por el contenido de los demás. Y eso, sobre todo, en la era digital donde todo puede llegar a ser muy efímero.

   5. Tu vocabulario emocional

Lo que te dices, al final, es lo que eres y lo que atraes. Cada vez que empiezo a escribir o a crear contenido, tengo una vocecilla saboteadora que me dice todas las razones por las que debería dejarlo. Y tú eres quién finalmente decide si seguir adelante o no. Este es el momento idóneo donde las notificaciones de whatsapp, por ejemplo, pueden jugar mala pasada.

Procrastinar también significa alivio para la mente. Dejarlo todo y hacer otra cosa es una tentación muy habitual. Es un escape de una emoción desagradable que puede generar un trabajo demandante que requiere más atención.

Quizás el cambio de palabras “tengo que” a “quiero” pueden conseguir el empuje necesario hacia la productividad. Una de las teorías que más me gustan sobre la felicidad que está contemplando también la productividad y las emociones es la teoría del «Flujo»  de Mihaly Csikszentmihalyi.

 

Para entrar en este tipo de «flujo» primero pienso que se ha de saber lo que uno quiere. Y eso es posible, por ejemplo, separando lo urgente de lo importante .  Y también estableciendo unos protocolos de acción como el de método GTD que funciona perfectamente. Acuérdate de por qué empezaste.

  6. Pedir ayuda

Hay que atravesar barreras a la hora de pedir ayuda y mostrarse vulnerable. Lo siento, pero no se puede con todo como tampoco se puede controlar todo. Pienso que lo único que puedes controlar son tus decisiones y no mucho más. De hecho, este artículo también está construido con ayuda de otros. Pedir ayuda, feedback, opinión aparte de efectividad también aumenta el rendimiento de las relaciones y así el estado emocional.  Pedir ayuda, como también ofrecerla o no ofrecerla es todo un arte. Este video TED te enseña cómo hacerlo correctamente:

 

  7. No quejarse

Las quejas en mi opinión son las carencias más visibles a corregir. Para descubrirlas no es necesario hacer un trabajo psicológico profundo. Están en la superficie. Es posible tener una queja, pero no es recomendable quedarse en un estado de queja constante. Y si lo pienso bien estoy segura de que hay muchas cosas más por las que estar agradecido que por las que no estarlo.

Estos 7 puntos, en mi opinión, deben ir acompañados por principios. Los principios son valores bajo los cuales se define la personalidad. Son guías y un camino a seguir.  Ante el impulso e indecisión han de prevalecer los principios.

O como decía el personaje de Irwing en la serie Mr. Robot

“Cuando olvidamos los principios, atraemos el caos.“

Y el caos (emocional) es de todo menos productivo.

 

Cuéntame en los comentarios que te han parecido estas técnicas, lo que te ha ido bien y lo que no,  y qué es lo que te ha ayudado a ti.

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